El Tuning como
modificaciones vehiculares
Esta
nota pretende simplemente transmitir algunos criterios aplicados en diseño de productos, que bien pueden ser
volcados para el diseño de accesorios y
modificaciones para autos tuning. Si bien la personalización está sujeta al gusto de
cada persona (que no puede criticarse), algunas pautas ayudarán a que ese gusto se canalice
correctamente y se logre un diseño tan personal como “armónico”.
Uno de los ejemplos más frecuentes es la
adopción de un rasgo o
elemento de diseño que nos gusta para
nuestro propio auto. Las adaptaciones son posibles, pero mantener la
independencia de cada parte logrando que se hermanen con gracia suele parecer
imposible... y no lo es.
Un factor fundamental a tener en cuenta es cómo lograr adaptar algo ajeno a
nuestro auto. Una buena alternativa de solución consta de estudiar
los rasgos de nuestro coche y los del modelo que nos sirve de inspiración. Buscar puntos en común suele ayudar.
¿Qué puede tener en común un Corvette con un Volkswagen? A
simple vista absolutamente nada, pero con el ojo crítico podemos ver entre líneas... Por ejemplo, si nos gustan
los respiraderos tipo branquias de un deportivo, podemos comenzar por estudiar
las características de la
superficie sobre la que se encuentran, la posición en el auto, la
relación de aspecto y
proporción entre esas “branquias” y otros detalles,
etc.
Este proceso minucioso permite importar detalles estéticos logrando correctas
adaptaciones, y no espantosas sumatorias de elementos desconectados entre sí. Un buen ejemplo se da en los pequeños autos con capó de fibra de vidrio imitando las
formas de las salidas de aire del Ferrari F50. Si la adaptación de esos canales de aire se adaptan
al tamaño del coche a
modificar y a sus radios de curvaturas, entonces puede obtenerse un resultado
vistoso y correcto.
Resulta curioso como suele no aprovecharse los mejores
detalles del auto a modificar. Es común ver alerones
anclados en superficies inconvenientes y tomas de aire en lugares poco
apropiadas, que demandan reformas más profundas, mayor
gasto de dinero y peores resultados.
Más para tener en
cuenta: la altura del auto con respecto al suelo. Cuanto más bajo el coche mejor luce, pero
mayores serán sus chances de
romper esos inmensos faldones de fibra de vidrio en cunetas pronunciadas o
incluso en accesos irregulares. Una buena solución consiste en
considerar la posibilidad de acortar la parte inferior de los voladizos tanto
como se pueda. Un auto sin raspones o fisuras lucirá siempre mejor...
Otra buena idea es contratar a un dibujante para que
realice algunos bocetos de las alternativas de rediseño. Así tendremos una idea un
poco más tangible del
proyecto a ejecutar, que siempre será mejor que una idea
que nunca vimos.
Un sano consejo es SIEMPRE intentar evitar modificar o
sustituir partes que cumplan con una función estructural en el
auto. Por ejemplo, puertas con refuerzos a la altura del conductor, paneles
curvos que absorban energía en impactos o
parantes de rigidez del habitáculo.
Hay muchos detalles de la construcción del automóvil que el común de las personas ignora, y su
modificación sin conciencia puede
acarrear consecuencias negativas.
Para finalizar, asesórese sobre las
legislaciones para vehículos en su país, ya que habrá detalles reglamentarios a tener en
cuenta como ubicación de luces de posición, distancias mínimas entre faros y fin de
parachoques, etc.
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